¡Todo lo que necesitas saber sobre como guardar tus carretes!
Desde la reciente noticia de la descontinuación de una de las películas más amadas por nuestros fotógrafos y fotógrafas de bodas (nos referimos a ti, Fuji400H), hemos recibido muchas preguntas sobre cómo conservar la película en la nevera o el congelador. ¿Puedo guardar la película en la nevera? ¿Se puede congelar la película analógica? ¿Cuánto tiempo puedo guardar los carretes en la nevera? Son solo algunas de las preguntas que hemos recibido en las últimas semanas, por lo que hemos pensado en dedicar una publicación a compartir todo lo que necesitas saber sobre como guardar tus carretes. ¡Empecemos!
Siempre recomendamos que utilizéis carretes nuevos cuando sea posible. Por “carretes nuevos”, nos referimos a una película que hayas comprado hace poco en una tienda y que no esté caducada o tenga dudos procedéncia. La razónes son muchas, pero una de la más importantes es que cuando compras carretes nuevos de una tienda, estos están en el mejor momento para capturar esas imágenes que vemos tan espectaculares con colores increibles y poder obtener los mejores resultados posibles. Curiosamente, el responsable de producto de Kodak Alaris, Tim Ryugo, ha hecho una publicación hace poco acerca de esto, curiosamente fascinante como siempre:
Cuando no puedas utilizar una carretes nuevos, se deben recomienda seguir algunos pasos para conservar el mayor tiempo posible todo potencial de una película y no sacrificar demasiada calidad si tenemos que guardarla durante unos meses. Y eso, en parte, se consigue guardando los carretes en la nevera. La película sin procesar es un producto organico y sensible que puede dañarse si se expone a las altas temperaturas o humedad.
Por lo tanto, guardar los carretes en un lugar fresco y seco aumentará la vida útil de los mismos y nos proporcionará los mejores resultados posibles, incluso si han pasado algunos años desde que los compramos.
OJO!: Las emulsiones de color se ven más afectadas que las películas en blanco y negro porque las condiciones climaticas suelen afectar las diferentes capas de emulsión en distintos grados. Así que, cuando tu próximo pedido de carretes llegue desde Carmencita Shop, guarda los carretes en la nevera si no vas a usarlos inmediatamente 😉
NEVERA
Si vas a usar los carretes que has comprado en un plazo menor a 6 meses, lo mejor será guardarla en la nevera, al lado de la leche, encima de los huevos o al lado del brick de gazpacho. En general, los fabricantes recomiendan guardar la emulsión a unos 8 °C o menos.
La baja temperatura ralentizará la degradación natural de la película y la atmósfera seca del frigorífico protegerá la película de la humedad (el peor enemigo de la película). Dicho esto, la refrigeración no podrá reducir el efecto de la radiación gamma. La radiación gamma natural aumentará la densidad mínima (el máximo negro de nuestro negativo) y también puede aumentar el grano en menor medida. Como consecuencia, cuanto mayor sea la ISO de la película que tengas, más se verá afectada en comparación a las películas de menos ISO.
¿Cuánto tiempo aguantan los carretes en la nevera? Como hemos dicho, el frío ralentizará la degradación natural de la película. Si tomamos 20 ºC como la temperatura media y la almacenamos alrededor de 5 ~ 8 ºC, básicamente estamos alargando la fecha de vencimiento de la película casi el doble.
Como regla general, si la película que acabas de comprar caduca en 2 años a partir de ahora, si la guardas en la nevera, debería mantenerse en “buen estado” durante al menos 5 años.
Dicho esto, las carretes (expuestos o no expuestos) guardados en nevera conservarán su ISO y color como si fueran nuevos, pero puede que la densidad y el grano sean un poco peores por el efecto de envejecimiento natural del medio.
TIP: Los cajones inferiores de la nevera son el lugar perfecto para destinarlos al almacenaje de carretes!
CONGELADOR
Si planeas no usar estos carretes durante los próximos 6 meses, te recomendamos que valores la opción de colocarlos un recipiente cerrado herméticamente o en una bolsa con cierre hermético y, después, en el congelador (-18 °C o menos). El recipiente herméticamente cerrado protegerà tus carretes si por alguna razón se va la luz y se deshiela el congelador.
Al poner la película en el congelador, se pone la emulsión en una especie de hibernación. Puedes guardar la película en el congelador todo el tiempo que necesites; sabemos de fotógrafos que tienen película en el congelador desde hace 15 años, ¡y todavía se podían usar!
HUMEDAD
Para ambos casos de almacenamiento en frío de una película, hay que evitar la humedad. La humedad acelerará la degradación de los carretes; es básicamente la criptonita del film. Puede generar manchas oscuras en la película de 120, o hacer que la película de 35 mm se pegue al recipiente parezca que está caducada incluso siendo nueva.
Para protegerse de la humedad, recomendamos (si quieres ser un pro) incluir una bolsa desecante de gel de silicio dentro del recipiente en le que vayas a guardar los carretes. También obviamente, te recomendamos guardar los carretes sin abrir y en su envoltorio original.
SACAR LOS CARRETES DE LA NEVERA/CONGELADOR
En algún momento, seguramente querras utilizar tus carretes. Cuando saque la película de la nevera te recomendamos que dejes que se aclimate a la temperatura ambiente durante un par de horas o más antes de cargarla en la camara.
Al sacar la película del congelador, tendremos que ir con un poco más de cuidado:
- Lo ideal: saca la película del congelador y déjela reposar en la nevera durante 24 horas. Eso nos asegurará que la película se descongela de manera más lenta y segura. Después de 24 horas en la nevera, ya la puedes sacar y dejarla fuera para que se adapte a la temperatura ambiente durante un par de horas, ¡y listo!
- Menos ideal: si necesitas la película lo antes posible, le recomendamos que la saques al menos unas 6 horas antes para que se adapte a la temperatura ambiente. Esto descongelará el carrete más rápidamente, pero el proceso no será tan suave para la emulsión, no tenemos ejemplos de que puede pasar si lo haces así pero recuerda: nunca calientes la película para descongelarla más rápido! Cada carretes es una maravillosa pieza de ingeniería química y hay que tratala con cuidado, no como si fuera una bolsa de verdura congelada 🙂
En ambos casos, te recomenamos que dejes la película en su embase original hasta que se adapte a la temperatura ambiente. Si lo haces, evitaras que se acumule condensación por el cambio de temperatura.
DISPARAR Y REVELAR
Por último, a parte de guardar tus carretes como es debido, te recomendamos encarecidamente usar tus carretes siempre que sea posible. No esperes a la ocasión perfecta sacar tu camara! Una vez terminado el carrete, no esperes demasiado a procesarlo! Por ejemplo, lo puedes enviar a tu laboratorio preferido, por ejemplo, Carmencita Film Lab.
¿Te has dejado un carrete o una cámara cargada en el coche en medio de un dia caluroso de verano? Lo más probable es que tu carrete se haya quedado un poco cocido. Hay innumerables situaciones como estas que pueden afectar a la calidad de nuestros carretes. Aún así, cocido o no cocido, no dejes de revelar tus carretes por eso.
Básicamente: Intenta no guardar la camara con un carrete dentro durante mucho tiempo ya que el carrete se irá deteriorando como más tiempo pase sin revelarse. Si dejas la película expuesta a la mitad y aún te queda medio carrete para terminar; puedes esperar unas semanas pero si tardas mucho, los cambios de temperatura y humdad afectaran a la calidad de tu carrete!
Y no solo eso, ¡estás retrasando aún más el tiempo para ver tus fotos! ¿Y quién tiene tiempo para eso? 😉 ¿Tiene alguna pregunta sobre como guardar tus carretes en la nevera?
Escribenos a ask@carmencitafilmlab.com. Aunque no hayamos revelado o escaneado el carrete nosotros mismo, te ayudaremos e intentaremos resolver todas tus dudas.
Estamos aquí para ayudar 🙂
Escriba de Carmencita y devota del café.
Me gusta experimentar con la fotografía analógica y conocer diferentes carretes. Salir una tarde a hacer dobles exposiciones es mi definición de felicidad.
– Michelle Mock, fotógrafa y redactora