Llevamos bastante tiempo trabajando en los carretes de Wesley Verhoeve y no podríamos estar más orgullosos de poder formar parte de su newsletter.

Si eres fotógrafo/a, y especialmente si es fotógrafo/a analógico, nunca nos cansamos de insistir en lo valioso que es el contenido de la newsletter PROCESS. Hoy en día es realmente difícil encontrar gente que comparta y publique información realmente valiosa sobre la fotografía analógica y el boletín de Wesley literalmente nos engancho desde la primera vez que lo leímos.

(además siempre hay un sorteo en cada newsletter PROCESS!)

Uno de los temas de los que habló Wesley fue el de ¿cómo archivar correctamente sus negativos? Nos pareció tan interesante que le preguntamos si podíamos compartirlo en nuestro blog y dijo que encantado, “si puedo ayudar a que la gente entienda mejor el valor de almacenar bien de los negativos, me doy por satisfecho” nos dijo.

¡Esperamos que lo disfrute tanto como nosotros!

Cómo archivar los negativos y honrar tu trabajo

Durante las últimas semanas, he recibido un motón de peticiones para que comparta mi proceso de organización y archivo de negativos. Y ha sido ideal porque me acaban de llegar un montón de negativos que tenía guardados en Carmencita Film Lab.

 

 

Hay muchas razones para mantener tus negativos organizados y en el centro de todas ellas está la creencia de que tus fotos importan. Tanto si es un profesional como un aficionado, tu trabajo es importante. No importa si es relevante para todo el mundo o sólo para tu pareja, tus futuros hijos/as o tu familia.

Mantener un archivo ordenado es como hacer la cama por la mañana. Es un poco de trabajo inicial, pero compensa enormemente si lo haces con constancia. Una mente tranquila, esa foto fácil de encontrar, la cronología de su vida, tus habilidades fotográficas, y un montón de cosas más que tú yo del futuro le agradecerá a tu yo de hoy.

Claro, puedes guardar sus negativos en el sobre tirardos en una caja de zapatos y  si necesitas buscar algo rebuscar ahí durante un buen rato, pero una vez más: tu trabajo importa, así que es mejor tratarlo como tal.

¡Empecemos! Aquí está todo lo que necesitamos. Un bolígrafo, carpetas para negativos y fundas.

 

 

Hace poco cambié las fundas de polietileno de Printfile por las de papel cristal de Hama. Las fundas de polietileno son transparentes, lo que facilita ver los negativos, pero son bastante más caras y son de 2022, así que cambié.

Hama existe desde hace casi 100 años y todos los negativos de mi padre de los años 80 y 90 han estado guardados en ellas durante décadas. También son un poco más ligeras y tienen un sonido satisfactorio cuando hojea su carpeta.

Para el almacenamiento, utilizo carpetas de caja de anillas Ars-Imago, que mantienen los negativos libres de polvo y quedan genial en las estanterías. Mis amigos de RetroCamera.be las venden y caben 100 negativos por archivador. Hay muchas otras opciones que también están bien, en realidad cualquier archivador de 3 anillas te servirá.

Marco el lomo con el nombre de la cámara utilizada, ya que es el nivel superior de mi organización. Añado puntos para indicar qué rollos están en esa carpeta. Si el lomo tiene un punto, significa que contiene los rollos del 1 al 100. El archivador superior de la foto de arriba dice “67II ····”, lo que significa que tiene rollos del 300 al 400 disparados con la Pentax 67II.

¡Cojamos nuestro primer rollo del lote de negativos frescos y empecemos!

 

 

Primero echo un vistazo rápido para ver qué hay en este rollo (ver arriba). Entonces consulto mis notas del carrete (véase la pantalla del teléfono más abajo) para confirmar que fue el carrete 202 hecho con la Pentax LX.

 

 

A continuación cruzo lo que veo en el negativo con lo que hay en la carpeta de escaneado del rollo 202 para asegurarme de que no se ha cometido ningún error (véase más abajo). Estos tres primeros pasos le llevarán tal vez un minuto combinados una vez que tenga buena práctica.

 

 

Como quizas recordaréis del número 012 de Proceso, soy un gran partidario de guardar notas de cada rollo. Estas notas desempeñan un papel fundamental en un archivo organizado. Si alguna vez necesito encontrar un retrato de una persona concreta, todo lo que tengo que hacer es buscar su nombre en mis notas con la función de búsqueda de Apple y me muestra el carrete en el que está, lo que a su vez me indica qué carpeta debo coger. Es súper rápido y fácil.

De vuelta al archivo: Ahora que he determinado de qué carrete se trata, copio la información clave de mis notas a la nueva funda del carrete (véase más abajo). Cada funda tiene, de derecha a izquierda, el código abreviado de la cámara (LX = Pentax LX), el número de carrete (202), la fecha (2021.04.26) y el tema de la sesión (por ejemplo: fotografía callejera de Ámsterdam).

 

 

Ahora que sabemos qué rollo vamos a archivar y hemos marcado la funda, es hora de sacar los negativos de sus fundas de plástico temporales no archivables y llevarlos a su nuevo hogar para siempre (véase más abajo).

 

 

Tengo cuidado de tocar sólo los lados del negativo para no dejar huellas dactilares dañinas por todo el negativo. La forma más correcta es llevar guantes de algodon o anti-estaticos 😅.

 

 

Ahora es el momento de coger la carpeta correcta, que en este caso sería la marcada como LX — ya que el rodillo 202 está en el rango 200-300. Una vez que la funda está en la carpeta en el lugar cronológicamente correcto, vuelvo a colocar la carpeta en mi estantería y suelto un aullido de felicidad.

 

 

No sé tu, pero a mí ver mis negativos de 2018-2022 organizados así me da una satisfacción enorme. Casi tanta como cuando un cliente o amigo me pide un foto concreta y sé exactamente dónde puedo encontrarla en menos de un minuto. ¡Que alivio y que calma!

¡Esto es! Los siete sencillos pasos para organizar y archivar tus negativos y honrar tu trabajo como se merece con una clasificación completa. Permítame repetir una vez más que, independientemente de dónde estés en tu viaje fotográfico, independientemente de si lo haces fotos por diversión o en tu carrera professional:

 

Sus fotos importan.

 

Archivar es cuidar y rendir homenaje. Si no tratas tu trabajo como si importara y tuviera valor, ¿por qué iban a hacerlo los demás?

Si ya tienes dos cajas de zapatos llenas de negativos y te agobia un poco empezar, te entiendo, pero te prometo que una vez que te pongas en marcha iras volando. Si puedes guardarte una hora después de cenar o algunas horas en fin de semana, habrás terminado antes de que te des cuenta. Personalmente, me encanta ver vídeos de fotografía en YouTube mientras archivo. Es mi versión de tejer una bufanda mientras veo una película como hacian nuestras abuelas 🙂

Antes de empezar, te aconsejo que le eches un ojo también a los 2 números siguientes del newsletter PROCESS para sacar el máximo partido a este sistema.